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Les comparto un texto de un Arquitecto de San Miguel de Allende, Gto., no dió su nombre pero qué razón tiene.
En este mundo globalizado es más que entendido que la tendencia social y económica capitalista esta “afectando” (si queremos ser algo optimistas sugeriría la palabra “influyendo”) cada uno de nuestros comportamientos como humanidad. Me permito citar a la arquitectura como punto de influencia ya que en mi interior se encendió la llama de la impotencia al ver como los “funcionarios” “públicos” están dañando tremendamente el legado arquitectónico de la hermosa ciudad que me forjo; San Miguel de Allende; Gto; México. No tengo otra arma y no conozco otra influencia más fuerte que las palabras para defender lo que siento, es necesario conserve su esencia. Espero ser claro en mis palabras y explicar lo que para pocos es entendido.
Hubo un momento en la historia de la arquitectura (1970-1980) que la vivienda y la industria tuvieron un convenio que desde ese preciso momento no hizo más que dañar la sagrada intención de la casa habitación, las pruebas físicas las tenemos en cada una de nuestras ciudades mexicanas, lo que tristemente se conoce como “VIVIENDA DE INTERES SOCIAL”, donde no es más que un robo despiadado a la clase trabajadora de nuestro país, donde se presenta una ganancia de por lo menos un 300% del valor total de lo que personalmente no puedo llamar “casa”, y lo que se entrega al cliente no cumple, ni cumplirá en ningún momento con los principios básicos de la arquitectura, exactamente lo mismo está sucediendo con la VIVIENDA RESIDENCIAL en el presente, y más evidentemente en esta ciudad.
Empresarios ven en San Miguel de Allende un punto de inversión muy rentable, ya que gozamos de un inigualable momento de crecimiento, como ciudad turística, y el exterior nos observa como la “ciudad más bonita del mundo”; con este panorama la inversión no tardo, ni tardara en llegar, la pregunta es ¿dónde acomodamos toda esta construcción descontrolada?, y ¿a quién le conviene que seamos la ciudad más bonita del mundo?
Los Políticos a cargo de la Dirección de Desarrollo Urbano evidentemente flaquean y flaquearon ante el poder económico de los empresarios dejando por un lado su ética profesional. Otorgan permisos para decenas de “residenciales” (lo que en México se conoce como una casa dentro de un muro perimetral). Esta ciudad no cuenta con la infraestructura necesaria (escuelas, carreteras, servicios de emergencia, hospitales, estacionamientos, etc.) para el rumbo de crecimiento acelerado que estas personas están otorgando a esta frágil ciudad.
La realidad es que surgen tantas dudas de las habilidades de los Arquitectos a cargo de tan importante dirección (Desarrollo Urbano), me pregunto yo, si conocen a Ruskin, Venturi, Pallasma; Lo digo porque su trabajo no luce conocimiento alguno de los principios de proximidad, planeación, convivencia; etc; creo que estos personajes no saben que su trabajo es planear una ciudad, o más específicamente hacer urbanismo, debe ser primordial elegir bien en este puesto gente capacitada y conocedora del tema.
El caso concreto de capilla de piedra en nuestra ciudad es un claro ejemplo donde los elementos que mencione en este pequeño manifiesto se conjuntaron para crear tan aberrante y violenta muestra de arquitectura; Donde cada día se daña la imagen urbana tan cuidada de la ciudad patrimonio mundial de la humanidad; cuidada por Sanmiguelenses, por México, por extranjeros; excepto por nuestros “servidores” “públicos”.
Que diría Don Zeferino Gutiérrez (constructor de la más bella arquitectura de la ciudad) de lo que le estamos haciendo a su pueblo; este personaje desafiaba su pensamiento en cada una de sus edificaciones; debemos dejar la idea ignorante de hacer el negocio de nuestras vidas con proyectos con tan poco valor social, ambiental y artístico, y alejar la arquitectura de la palabra “echo en serie” que solo la desvaloriza, es nuestro deber exigir la personas más preparada para fijar el rumbo de crecimiento del pueblo, y no el más popular, o el empresario más exitoso; pues la experiencia nos ha demostrado que no es la mejor elección.
La intención concreta de mis palabras no es derrocar la edificación que se construye en nuestro antes bello atascadero (creo eso será decisión del pueblo). Mi intención es que con mis palabras y conocimiento colabore a frenar tan denigrante muestra de planeación de una ciudad, y de este modo defender lo que creo por derecho de nacimiento es nuestro.
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